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¿Qué pueden aprender los niños con los juguetes infantiles?
Descubre todos los aprendizajes que se esconden detrás de los juguetes infantiles.
Los juguetes infantiles son un objeto de aprendizaje. Los mitos dicen que jugar es sólo para niños porque jugando no se es productivo. Eso no es verdad.
Los juegos entrañan muchísimas lecciones. Si nos fijamos en los más pequeños, en los niños que aún no van a la guardería o escuela, cada día aprenden algo nuevo. Y no es porque alguien les ha brindado un conocimiento especial o novedoso. No. Es porque el ser humano aprende a través de su relación con el instante presente.
La vida es un gran campo de exploración y aprendizajes. Por eso es importante dejarles gatear, tocar, chupar… Cuando el espacio en el que viven se queda pequeño, entran en juego, y nunca mejor dicho, los juguetes infantiles.
Estos objetos, además de tener un fin de diversión, también son grandes maestros. Permiten que el niño desarrolle sus habilidades de interacción, de relación, de comunicación, de imaginación, de concentración…
Además, los juguetes infantiles les enseñan a entender mejor el mundo que les rodea, a asimilar las situaciones o experiencias que se suceden día tras día. El juego es, en realidad, un laboratorio divertido para hacer mezclas, para desarrollar la espontaneidad y las ganas de crear. Cuando un niño juega, suele inventar historias alrededor de sus juguetes: da vida a personajes, crea relaciones, imagina conversaciones… Lo que en realidad está haciendo es crear situaciones de vida según su propia percepción de la vida.
Esto, para los padres, es muy interesante.
Las situaciones que recrea un niño al interactuar con sus juguetes infantiles refleja muchos aspectos de su personalidad. Si los temas que suelen aparecer con continuidad en sus momentos de ocio son las batallas o luchas, su tendencia, de mayor, serán la acción, el sacrificio y en muchas ocasiones, la voluntad férrea de alcanzar cualquier meta.
Si las historias que lo rodean son románticas y de cuento de hadas, probablemente sea una persona más sensible, emotiva, compasiva y empática.
Si en el relato que se cuenta hay héroes y malvados, personajes bondadosos y seres injustos, posiblemente sea una persona que en el futuro obrará por la igualdad, la tolerancia, la justicia y la fraternidad.
Los juguetes infantiles son, por lo tanto, una forma de desenvolver todos los rasgos de personalidad que se encuentran inscritos en los genes de cada ser vivo. Cada niño es un mundo. Puede que el mismo juguete despierte una historia en uno y otro imaginario en el otro. Por eso, los juguetes infantiles son espejos del carácter real del pequeño. Y muy interesantes para aprender a conocerlo y entenderlo.
Además, a través de estos objetos, se despliegan también las emociones, un atributo inherente al ser humano, que condiciona su vida y colorea su vida. Los niños empiezan a desarrollar sus emociones a través de la exploración y del juego. Jugar no es más que interactuar. Interactuar desde la libertad. Interactuar desde la presencia plena. Desde la pura consciencia.
Mucho tienen que envidiarle los adultos a los niños: ojalá todos tuviéramos la capacidad de aprender a través del juego y de la imaginación. Porque eso que imaginan los niños es bien real para ellos. Y a su manera, están en lo cierto.
Por lo tanto, regalar juguetes infantiles es maravilloso. Permitir que los niños tengan largos momentos de ocio es fundamental para que desplieguen sus habilidades y dones inherentes. Dejar que las emociones afloren, que los sueños se desarrollen, que las historias se creen y que los niños jueguen es vital. Un acto muy bonito y a la vez educativo.